¿Vivir para el dinero o dinero para vivir?

La respuesta a esa pregunta puede significar un cambio muy grande en tu vida. Tomar el control de tus finanzas personales implica pensar tu economía personal y hogareña desde el flujo de efectivo y tu presupuesto de ingresos & gastos. 

Enfocarte en el flujo de efectivo te va a permitir conocer tu nivel de solvencia financiera. Entendiéndola como la capacidad de afrontar los compromisos presentes y futuros de la vida que te gusta vivir.

Si los ingresos son mayores a los gastos se genera un excedente que se puede ahorrar y luego invertir. De esa manera estas respetando tu futuro y pagándote a vos mismo para que el trabajo realizado en el pasado tenga su merecido reconocimiento en el futuro.

¿No lo pudiste lograr hasta ahora? Superar creencias limitantes o erróneas no es fácil. Incluso suelen estar enquistadas por generaciones en nuestras familias. Las llaman memes. Son informaciones e ideas que pasan de generación en generación transformándose en marcos mentales que limitan tus posibilidades de crecer.

Animate a pensar desde tus metas los pasos para alcanzarlas. Así vas a poder superar memes y desafiar esa imposibilidad de armar un presupuesto u ordenar tus finanzas. El presupuesto es un baño de realidad, “estos son mis ingresos y estos son mis gastos”. Así vivo hoy ¿Así quiero seguir viviendo? ¿Trabajo para consumir o consumo para trabajar?¿Cuales son mis gastos por categoría? ¿Tengo conciencia sobre mis gastos anuales? ¿Tengo un estimado semestral y mensual? ¿Controlo los desvíos?

Las respuestas a estas preguntas son el primer paso para desafiar tus memes y derrotar al marketing del consumo que se encarga de capturar tus excedentes para llevarlos al consumo. Un presupuesto te permite saber claramente cual es tu ingreso disponible y cuales son los gastos necesarios e innecesarios de tus finanzas personales.

Reducir a su mínima expresión los gastos innecesarios te va a permitir dimensionar realmente tus ingresos. Vas poder aprovechar ese dinero para ahorrarlo e invertirlo. Vas a poder gastarlo mejor. Siempre se puede redireccionar el gasto innecesario.

Vivir para el dinero es ser el hamster y que el vil metal sea la rueda. Es tu decisión.

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