Siempre trato de estar atento a las novedades en Educación Financiera. Eso hizo que la fan page y la cuenta de twitter me ayuden a encontrar mucha información que suelo compartir en este blog. Poco tiempo atrás llegué a esta entrada de un medio extranjero que me hizo reflexionar mucho. Y quiero compartirlo con vos.
En la primera parte del artículo la autora pone en tela de juicio el “lanzamiento” de la educación financiera que hacen los organismos multilaterales de crédito luego de la última gran crisis de deuda del mercado de hipotecas en EEUU. Ya que a partir del inicio de la recuperación…
“…el foco del problema ya no está en la falta de regulación, en la falta de ética de unos pocos, ni en el propio funcionamiento de los mercados financieros, sino en los conocimientos, en los “valores” y en las “actitudes” del conjunto de la población”.
Además critica que cierta educación financiera es realidad una sucesión de infocomerciales dignos de Reduce Fast Fast, Sprayette o la parrilla Geroge Foreman. Cuando se aleja de esos formatos se transforma en talleres o programas especiales que la autora sigue viendo como adoctrinamiento para la participación acrítica del ciudadano común en el sistema financiero.
Lo más interesante del artículo es que propone una alternativa, que reproduzco a continuación:
Alternativas: otra educación financiera es posible
El sistema financiero parece situarse por encima del bien y del mal, en algún lugar “ahí arriba”, lejos de la capacidad de intervención política de los Estados. Al mismo tiempo, es protagonista de cada vez más aspectos del día a día. Crece como una enredadera y, de repente, nuestra existencia se vuelve imposible sin los productos bancarios. Pero el sistema financiero depende de nuestras decisiones individuales y colectivas como consumidores, y también como ciudadanos y ciudadanas.
Por eso la educación financiera debería atender a lo personal, sí, debería ayudarnos a comprender facturas y recibos; pero también tendría que prestar atención a la naturaleza misma del sistema, ayudándonos a tener una perspectiva amplia y crítica que nos permita participar del debate público en torno a qué mercados financieros queremos y en torno a qué papel podemos y queremos jugar cada una de nosotras.
Dice el último Plan de Educación Financiera publicado por los reguladores que de la “mejora de la cultura financiera de los ciudadanos” –la que ellos quieren y buscan- depende “la sostenibilidad del mercado financiero”. Si creemos en cambio en que el mercado financiero actual es insostenible y que necesitamos una economía financiera diferente, no podemos dejar que los agentes que promueven el statu quo traten de amaestrar marionetas individualistas y silenciosas, sino contribuir a educar a las personas que puedan imaginar, construir y desarrollar alternativas.
Una mirada que busca superar el día a día y las condiciones materiales de existencia de muchos proyectos de educación financiera. Muy interesante y polémico enfoque que permite avanzar hacia un nuevo estadio en la educación financiera. Ese momento en el que deje de ser un maldito y perverso duende…
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