El proyecto “Aprendiendo a ahorrar” unió los esfuerzos del Banco Central de la República Argentina, el Ministerio de Educación de Mendoza y el Banco Nación para fomentar la educación financiera en adolescentes de la provincia cuyana.
Como primer paso se realizó una encuesta que alcanzó a 3.318 alumnos con algunos resultados que incitan a avanzar con el programa en todo el país. El 78% de los adolescentes de zonas urbanas mendocinas manifestó que le gustaría ahorrar en un banco lo cual puede llevarnos a dos lecturas complementarias y contradictorias (que exceden dicho estudio e informe):
“Son conscientes que el lugar del Banco es inicialmente el del ahorro”
“Apuestan por el sistema bancario porque aún no han interactuado con él”
Refuerzan en el este sentido dual y contradictorio los resultados de las zonas periféricas o rurales donde alcanza un 87% de los encuestados. Allí donde menos han avanzado los servicios financieros mas necesarios se perciben. Lo cual puede reforzar las lecturas mencionadas anteriormente.
Además de la encuesta se brindaron talleres con el objetivo de brindar a los jóvenes herramientas para gestionar sus ahorros y cumplir con sus proyectos. Un buen resumen de las respuestas se encuentra en este cuadro
El destino de los ahorros bancarizados es un dato muy alentador. Los adolescentes se enfocarían en su vivienda y sus estudios. ¡Grata sorpresa! No me lo esperaba.
Estas respuestas se dan de frente con toda la bibliografía de moda sobre las “nuevas generaciones” y los millennials ¿Permitirá este estudio desmontar un mito? En el mediano plazo lo sabremos. Por lo pronto los adolescentes mendocinos parecen estar mas cerca de aquellos inmigrantes que llegaron desde Europa que de sus generaciones mas cercanas ¿O la bibliografía sobre millennials es un nuevo bluf editorial? ¿Será solo un fenómeno urbano de clases medias – medias altas? Reflexionemos escuchando una bonita canción de Cruz Cafuné:
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