La administración del dinero suele generar problemas y discusiones en muchas parejas. A veces solo una de las partes se encarga de todo y la otra no sabe o conoce cuales son los objetivos, planes y proyectos. En otras los dos se encargan de todo por lo cual si no se organizan se solapan o interrumpen en el afán por hacer. ¿Existe una tercera opción?
Llevar la administración de los gastos comunes con una cuenta bancaria y la de los compartidos en otra es una opción mucho mas común de lo que se piensa. Para eso ayudan las opciones existentes de titularidad de cuentas bancarias: individual, indistinta y conjunta.
La cuenta individual tiene un solo titular, en la indistinta cualquiera de los dos puede operar “sin la firma del otro” y en la conjunta se necesita la firma de los dos titulares para tomar decisiones sobre los fondos.
En las cuentas individuales, cada uno podrá mantener su independencia económica para gastos y proyectos personales. Para los gastos vinculados a la vida compartida (supermercados, impuestos, expensas, etc.) la titularidad indistinta es la mejor opción que suelen ofrecer los bancos. Mientras que el bienestar de largo plazo debería custodiar en cuentas de titularidad conjunta.
Para cada destino esas cuentas podrán ser cajas de ahorro, cuentas corrientes o cuentas comitentes según la estrategia de ahorro e inversión establecida por ambos. Es importante resaltar que la responsabilidad de la gestión económica de la pareja recae sobre ambos integrantes de la pareja mas allá de los estereotipos y las tradiciones. Si tenés alguna duda escuchalo a este muchacho…
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