Para responder a la pregunta del título podemos acordar y coincidir en esta caracterización de deudas malas, a saber:
- TNA y CFT altos.
- Plazos de devolución extendidos en el tiempo.
- Destinados a bienes o servicios express que no te otorguen beneficios duraderos.
Si con estos tres tips definimos las deudas malas ¿Cómo enmarcamos a las deudas buenas? Son aquellas que permiten adquirir bienes costosos pero realmente necesarios (como un automóvil) o que aumentan su valor con el paso del tiempo (como los inmuebles), también los que ayudan a mejorar tus oportunidades laborales o profesionales (como la educación) o los que sirven para generar ingresos (equipamiento para la profesión o autoempleo).
Las claves para el endeudamiento bueno:
Conocé el CFT
Preguntate ¿cuánto tengo que pagar por intereses, comisiones, impuestos, seguros y otros gastos? Con este dato vas a poder definir si te conviene endeudarte ya mismo o apostar por ahorrar e invertir antes de tomar un préstamo.
Asegurarte de poder afrontar la cuota
Si te aseguras de poder abonar puntualmente cada cuota no vas a tener que abonar punitorios e intereses. Cada peso que abones reducirá tu deuda y te liberas del compromiso más rápido. También te evitas que se te informe como moroso en las centrales de riesgo como VERAZ.
Relación tiempo y destino
No es aconsejable una deuda que seguirás pagando mucho tiempo después de haber consumido o desechado lo que compraste con ella.
En ocasiones, pedir prestado es una buena idea. ¿Cuándo se convierten las deudas en un problema? Cuando generan intereses tan elevados que prácticamente “crecen solas” sin que nos demos cuenta, o cuando acumulamos tantas que para devolverlas todas necesitaríamos más ingresos de los que tenemos.
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