Hoy recuperamos el cuestionario de Phillip Fisher para seleccionar acciones. Fisher realizaba un análisis muy exhaustivo y sereno de cada una de las variables que pueden afectar a esa compañía y al mercado en general. De esa forma desarrolla su talento metódico para tomar decisiones de inversión mucho mas seguras que el resto de los inversores.
Para analizar una compañía se planteaba estos ejes:
- ¿Ofrece la empresa productos o servicios con el suficiente potencial comercial como para hacer posible un incremento considerable de ventas durante al menos varios años?
- ¿Está la dirección decidida a seguir desarrollando productos o procesos que seguirán aumentando todavía más los potenciales de ventas?
- ¿Qué eficacia tienen los esfuerzos de I+D de la empresa en relación a su tamaño?
- ¿Tiene la empresa una organización de ventas por encima de su media?
- ¿Tiene la empresa un margen de beneficio que merece la pena?
- ¿Qué hace la empresa para mantener o mejorar los márgenes de beneficio?
- ¿Tiene la empresa un personal óptimo y unas excelentes relaciones laborales?
- ¿Tienen los directivos de la empresa una excelente relación entre ellos?
- ¿Tiene la empresa la suficiente capacidad directiva?
- ¿Qué calidad tienen los análisis de costes y los controles de contabilidad de la empresa?
- ¿Hay otros aspectos del negocio, de alguna manera específicos del sector determinado, que puedan dar pistas al inversor sobre lo excepcional que pueda ser la empresa en relación a sus competidores?
- ¿Tiene la empresa una previsión a corto o a largo plazo en relación a los beneficios?
- En el futuro previsible, ¿requerirá el crecimiento de la empresa la suficiente financiación de capital para que el mayor número de acciones entonces en circulación cancelen el beneficio de los accionistas actuales por este crecimiento anticipado?
- ¿Habla la dirección libremente sobre sus asuntos cuando las cosas van bien, pero se cierra en banda cuando aparecen los problemas y decepciones?
- ¿Tiene la empresa un equipo directivo con una integridad incuestionable?
Estas son solo algunas de las preguntas que se hacia Phillip Fisher antes de comprar acciones. Siempre se caracterizó por ser un “inversor de valor” que adquiere compañías con precios bajos y mucho valor. Su influencia es notoria en inversores como Warren Buffet. En una declaración muy conocida Buffet se definió a si mismo así:
“Soy un 15% Phillip Fisher y un 85% Benjamin Graham“.
Gran frase del oráculo de Omaha.
Phillip Fisher no tenia el menor tapujo en deprenderse de compañías con fuertes cambios en sus perspectivas de generar efectivo. Siempre protegía su capital. No obstante lo cual confiaba tanto en su análisis que si no cambiaban drásticamente las proyecciones de la empresa no la vendía. Al punto tal de afirmara que el mejor momento para vender una acción es “casi nunca”.
Para tomar decisiones sobre las empresas buscaba todas las fuentes de información posible, incluso empleados de la firma y los rumores mas variados. Todo era información a validar para tomar la decisión. Justificaba este comportamiento en la dificultad de hallar empresas de valor. Tenía que investigar y analizar para ser de los pocos, o el único, en invertir en esa empresa.
Con su análisis previo se aseguraba encontrar empresas excepcionales a precios “razonables” de forma tal que justifiquen invertir en sus acciones. Ese análisis previo esta debidamente justificado y en el blog de Selfbank lo han explicado muy bien, prestá atención:
¿Ofrece la empresa productos o servicios con el suficiente potencial comercial como para hacer posible un incremento considerable de ventas durante al menos varios años?
Si se espera que la inversión sea rentable durante años, la empresa debe tener potencial de crecimiento para responder a mercados grandes y en desarrollo.
¿Está la dirección decidida a seguir desarrollando productos o procesos que seguirán aumentando todavía más los potenciales de ventas?
La empresa debe estar renovándose constantemente, pues los productos que actualmente le proporcionan sus beneficios podrían dejar de hacerlo en el futuro.
¿Qué eficacia tienen los esfuerzos de I+D de la empresa en relación a su tamaño?
Fisher daba mucha importancia a la Investigación y Desarrollo, como motor de la innovación y, por tanto, del futuro de la empresa.
¿Tiene la empresa una organización de ventas por encima de su media?
Sin duda, un aspecto fundamental; si la empresa posee este aspecto conseguirá comercializar mejor sus productos y obtener un margen superior.
¿Tiene la empresa un margen de beneficio que merece la pena?
Por supuesto, no sólo importa el crecimiento que pueda tener, la compañía tiene que ser suficientemente rentable. De nada sirven los incrementos de ventas si los beneficios no crecen de manera acorde.
¿Qué hace la empresa para mantener o mejorar los márgenes de beneficio?
Lo que importa a Fisher no son los márgenes que obtiene en la actualidad, sino los que puede obtener en el futuro.
¿Tiene la empresa un personal óptimo y unas excelentes relaciones laborales?
Un aspecto que no suele ser tenido en cuenta por muchos inversores. Con unas buenas relaciones laborales habrá empleados más contentos y productivos, y menos conflictividad.
¿Tienen los directivos de la empresa una excelente relación entre ellos?
Si una buena relación entre los trabajadores es importante, un buen ambiente entre los directivos es vital.
¿Tiene la empresa la suficiente capacidad directiva?
A menudo, las pequeñas empresas comienzan únicamente con el empresario o un pequeño equipo dirigiéndolas. Pero a medida que crecen, es imprescindible que se doten de un equipo profesional y con capacidad directiva.
¿Qué calidad tienen los análisis de costes y los controles de contabilidad de la empresa?
No hay ninguna empresa que aguante el éxito durante largos períodos sin un análisis de sus gastos lo suficientemente pormenorizado y preciso.
¿Hay otros aspectos del negocio, de alguna manera específicos del sector determinado, que puedan dar pistas al inversor sobre lo excepcional que pueda ser la empresa en relación a sus competidores?
Este punto es un “cajón de sastre”, donde Fisher da cabida a cualquier otro asunto que pueda tener importancia para que el desempeño de la empresa sea excepcional (por ejemplo, la gestión de los alquileres, de los créditos…).
¿Tiene la empresa una previsión a corto o a largo plazo en relación a los beneficios?
Hay empresas que intentan maximizar el beneficio a corto plazo, mientras que otras prefieren ir aumentando su potencial para incrementar las ganancias a largo plazo. Por supuesto, Fisher prefiere estas últimas.
En el futuro previsible, ¿requerirá el crecimiento de la empresa la suficiente financiación de capital para que el mayor número de acciones entonces en circulación cancelen el beneficio de los accionistas actuales por este crecimiento anticipado?
Fisher se refiere a si el crecimiento de la empresa va a necesitar ampliaciones de capital que diluyan a los antiguos accionistas (en cuyo caso no resulta interesante invertir en ella), o será capaz de autofinanciarse.
¿Habla la dirección libremente sobre sus asuntos cuando las cosas van bien, pero se cierra en banda cuando aparecen los problemas y decepciones?
Todas las empresas, incluso las gestionadas excelentemente, sufren a veces bajadas de los beneficios o descensos en la demanda de sus productos. En esos casos, conviene que la directiva tenga un plan de actuación y lo afronte de cara; el inversor debería huir de aquellas compañías que denieguen u oculten las malas noticias.
¿Tiene la empresa un equipo directivo con una integridad incuestionable?
Si no se puede confiar en la integridad y la honradez del equipo directivo, mejor no invertir en esa empresa.
Fisher concentraba sus cartera en pocas acciones que podía conocer al detalle. Una estrategia súper valida para inversores que pueden dedicar mucho tiempo al mercado de valores. Así cada vez que invierten pueden conocer al detalle la compañía y el equipo que la esta gestionando.
ADDENDA PERSONAL:Invertir de esta forma es riesgoso si son tus primeros pasos en la bolsa. Si recien estas gateando no intentes correr una maratón. Aprendé, preparate y luego empezá por trotar.
Fisher era un inversor que buscaba empresas con perspectivas de crecimiento. Buscaba beneficiarse del aumento de su precio en el largo plazo. No compraba a cualquier precio ni con “margen de seguridad”. Se preocupaba por pagar un precio justo por una gran perspectiva de crecimiento. Esa perspectiva era su margen. Para aprender e implementar.